El triunfo de Boric en las últimas elecciones en Chile y particularmente la holgura con que se ha logrado, tiene a nuestro entender una gran relevancia, por distintas razones:

• Porque es un triunfo claro de la democracia frente a quienes continúan defendiendo un sistema económico neoliberal implantado por la dictadura pinochetista y es una respuesta a la demanda social de continuar la defensa de los derechos humanos que afectaron a miles de familias víctimas de torturas, desapariciones y asesinatos cometidos por la dictadura..

• Porque expresa con nitidez que Boric ha podido aglutinar de manera clara al conjunto de las fuerzas progresistas en el país y alcanzar incluso hasta a parte de los sectores de centro-derecha liberal.

• Esto coincide con lo sucedido en el “Estallido”, que alcanzo a involucrar a sectores diversos más allá de los de la izquierda; sino no habría como explicarse el porcentaje alcanzados por el “Apruebo” en el Plebiscito Nacional de 2020 y el logrado en la elección de los Convencionales: más del 80% y más del 70% de los electores respectivamente, los que evidentemente no son todos de izquierda.

• Esto deja al nuevo gobierno en la posibilidad de administrar su gestión con un adecuado equilibrio entre la moderación que aconseja “lo que es posible” y la convicción y soporte con que se pueden conducir los cambios, dada la exigencia de transformación existente.

• En ese marco, Boric ha logrado estimular la participación e involucramiento en política de un muy importante sector de jóvenes, que junto con las mujeres, son quienes le dieron el triunfo. Los jóvenes además, serían la mayoría de los que incrementaron en 1,200,000 el número adicional de votantes entre la primera y la segunda vuelta.

• ¿Cuán relevante es esto? Basta con compararlo con la diferencia de votos entre Boric y Kast entre la primera y la segunda vueltas: En la primera vuelta Kast, en cifras redondas aventajó a Boric por unos 150,000 votos; en la segunda vuelta Boric gano a Kast por cerca de 1,000,000, esto es un total de 1,150,000 votos. Vista la cifra del párrafo anterior, está claro de que cantera pueden haber provenido estos.

• El mencionado incremento se sustentó en un activo proceso en el que los más diversos sectores de mujeres, jóvenes, organizaciones de barrios populares, colegios profesionales y otras organizaciones, inmediatamente después de la primera vuelta, se abocaron a promover una movilización orientada a asegurar una mayor participación en la votación.

• Evidencia también este resultado, que nadie es dueño de la voluntad de los votantes y que no hay por tanto la supuesta capacidad de endoso de los líderes. De lo contrario Boric no habría podido ganar contundentemente como lo hizo en las regiones del Norte, pese al apoyo de Parisi a Kast y a la decisión de Boric de no prestarse, por razones éticas, a un acuerdo con aquel.

• Es de lo más relevante, decíamos, el que Boric haya podido ganar con esta holgura, porque ello permitirá al menos dos cosas importantes:

• En primer lugar legitimar al nuevo gobierno y fortalecerlo, en circunstancias en que le tocará una gestión en condiciones muy difíciles y complejas, y con un equilibrio de fuerzas en el Congreso, particularmente en el Senado, que por naturaleza tendería a cortarle las alas a sus iniciativas transformadoras.

• De otro lado, permitirá garantizar el Proceso Constituyente, facilitando su tarea a la Convención Constitucional, de modo que produzca la nueva Constitución y esta sea aprobada en el Plebiscito de Salida previsto, cosa que se habría visto dificultada con un triunfo más estrecho de Boric o con el, en cualquier caso negado, triunfo de Kast.

• Si le damos una vuelta más a la tuerca, el factor quizás más relevante de todo esto es el vinculado con las sinergias que se podrán generar, dadas las afinidades existentes, entre el Proceso Constituyente y el Gobierno Transformador de Boric.

• La enorme ventaja de partida del nuevo gobierno, es que contará con que a menos de seis meses de haberse instalado, Chile tendrá una nueva Constitución, afín y concordante con la propuesta de gobierno de Boric y que por tanto, tiene resuelto el problema de la superestructura jurídica-constitucional, que de soporte a las transformaciones requeridas por las propuestas de cambio del nuevo gobierno.

• Esto permitirá paliar en una buena medida, las limitantes que podría ponerle al gobierno la derecha, dado el equilibrio de fuerzas existente en el Senado.

Dicho todo esto, lo que cabe es reconocer que estamos en una situación de una relevancia histórica superlativa para Chile, pero también para la identificación, a nivel mundial, de los caminos por los que es viable conducir los procesos transformadores económicos, políticos, sociales, de régimen y hasta de Era, los cuales hasta ahora ofrecían pocas respuestas claras y viables. La que se estaría abriendo ahora es entonces una enorme oportunidad, pero sobre la cual hay mucho que trabajar y crear para alcanzar los objetivos que dichos procesos transformadores se propongan.

La posición de Chile en este contexto es nada menos que envidiable.