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COVID 19 - LA NUEVA OLA…

…¿Dónde estamos y adónde vamos?

Publicado: 2020-09-26

En el país de las “voladas”- el nuestro- el marco de la pandemia es el espacio perfecto para que dichos y decires proliferen en boca, tanto del hombre de a pie, como en la de eruditos y hasta especialistas en el tema. El universo de lo que se menciona no es para hacer apuestas, pues va… 

…desde: 

• Ya estamos en la fase final de la epidemia.

• Un rebrote sería prácticamente imposible, por la alta proporción de los ya infectados.

• Ahora podemos empezar la Fase IV con una sólida reducción de los fallecimientos.

• La etapa más dura de nuestra epidemia ya ha pasado.

(Farik Matuk citado por Mirko Lauer en su artículo: “Buenas noticias. Sí, pero”).

…hasta:

• La pandemia no ha hecho más que empezar.

• La “pandemia de verdad” llega ahora. Hay que cambiar las cosas para poder afrontar la situación los próximos meses.

(Declaraciones del Virólogo alemán Christian Drosten, asesor del gobierno alemán en temas de COVID 19. Publicadas en Gestión).

• La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió la semana pasada que los casos de coronavirus están aumentando de forma alarmante en Europa y que las infecciones alcanzan nuevos máximos. Los casos semanales ahora han superado los reportados cuando la pandemia alcanzó su punto máximo en Europa en marzo.

• Después de combatir con éxito la primera oleada de infecciones, Europa se encuentra ahora en medio de una segunda ola de coronavirus.

• La Organización Mundial de la Salud ha sugerido que el aumento podría deberse en parte a la relajación de las medidas y a que la gente haya bajado la guardia.

• El aumento de casos de coronavirus en Europa debería servir como una advertencia de lo que está por venir.

(Alertas de la OMS).

Mirándonos en el espejo europeo y haciendo los ajustes necesarios, dada la diferencia de nuestras realidades, podemos decir que en nuestro país ya ha habido una segunda ola de contagios que se elevó cuando todavía teníamos en promedio más de 3,300 contagios diarios, producto casi directo del levantamiento adelantado de la cuarentena por razones no propiamente sanitarias. Esta segunda ola, que no discutiremos si estrictamente lo es o no, se diferencia de la europea (de España y Francia por ejemplo), en el hecho de que allá si alcanzaron a bajar los contagios prácticamente a cero y así se mantuvieron entre 2 y 3 meses, para que estos se volvieron a elevar con más fuerza en la segunda ola. En Perú, nuestra primera ola no completó su descenso por las razones mencionadas y casi de inmediato se comenzó a elevar la siguiente ola al relajarse las medidas de control.

En el gráfico siguiente se aprecia con claridad los patrones seguido en Perú y España, hasta el mes de agosto:

John Hopkins University

¿Pero en qué situación nos encontramos ahora a fines de setiembre y que perspectivas podemos avizorar? El gráfico siguiente nos muestra la evolución en el Perú de los promedios diarios de contagios hasta el día de ayer:

JOHN HOPKINS UNIVERSITY

Si nuestra curva se pudiera comparar con el perfil de la Cordillera de los Andes, podríamos decir que el macizo oriental (la segunda ola) de la “Cordillera de los Contagios” se muestra más sólido y elevado que el occidental (la primera ola), y la vertiente oriental de la segunda ola parece, aunque dudosa y extendidamente, ir en descenso. Es indispensable sin embargo hacer notar que al día de hoy el promedio de contagios diario está todavía a un nivel muy alto (alrededor de 5,500) y lejos del que llegamos a bajar en el frustrado descenso de la primera ola, antes del temprano levantamiento de la cuarentena (alrededor de 3,400). Y mucho más lejos del cercano a cero (nivel del mar) que alcanzaron a reducir los europeos. Es justo en estas circunstancias que se va a pasar a una nueva etapa en la estrategia contra la pandemia.

La pregunta cae entonces por sí sola:

Vistas las consecuencias de nuestro antecedente local después de la primera ola y lo que actualmente está pasando en Europa con su segunda ola ¿Qué consecuencias podemos esperar si a inicios de octubre pasamos a la IV etapa de la reactivación económica, ampliando la flexibilización de las medidas de control?

Sinceramente nos da un poco de susto y creemos que con algunas razones fundadas, que ojalá sean más bien errores de apreciación. No queremos con esto sacarnos el premio al aguafiestas, justo cuando llevamos unas buenas semanas con una reducción significativa en los contagios y fallecimientos, que queremos destacar y analizar:

En relación a los contagios diarios, el pico más alto en la primera ola fue de 8,805 el 31 de mayo, mientras que en la segunda ola fue de 10,143 el 16 de agosto. Lo que evidencia la mayor elevación de esta última en relación con la primera. En cuanto al promedio móvil de contagios diarios, en la segunda ola viene bajando aproximadamente desde el fin de la tercera semana de agosto, esto es hace ya un mes y ha alcanzado el día de ayer los 5,547 contagiados, el más bajo desde el 31 de julio, esto es hace algo menos de dos meses. Ello representa una reducción del 35 % respecto al promedio diario más alto de contagios de esta segunda ola, que fue el 19 de agosto.

Por su parte, en relación con los fallecimientos diarios, el pico más alto en la primera ola fue de 206 el 11 de junio, mientras que en la segunda ola fue de 277 el 13 de agosto. El menor número de fallecimientos se tuvo ayer con 68, el más bajo desde abril. En cuanto al promedio móvil de fallecimientos diarios, en la segunda ola viene bajando aproximadamente desde el fin de la segunda semana de agosto, esto es hace ya casi un mes y medio y ha alcanzado el día de ayer los 113 fallecidos, el más bajo desde el 24 de mayo, esto es hace algo más de cuatro meses. Ello representa una reducción de casi el 50 % respecto al promedio diario más alto de fallecimientos de esta segunda ola, que fue el 13 de agosto.

Si comparamos lo acontecido con contagios y fallecimientos, constataremos que la reducción de los contagios es menor que la de los fallecimientos (35 % vs 50 %) y además que los contagios baten un récord no alcanzado desde hace 2 meses, mientras que los fallecimientos lo logran desde el doble de tiempo, esto es desde hace más de cuatro meses.

Cabe de otro lado destacar, que este resultado aparentemente sería contradictorio con el esperable, dado el necesario desfase (de entre 15 y 20 días) entre contagio y fallecimiento. Nos atrevemos a lanzar algunas hipótesis y dudas en relación con el mismo:

• El número de contagiados identificados a través de las pruebas, no es ni puede ser el número real de contagiados existentes, pues hay un % no despreciable, que no alcanza a ser identificado. El número resultante de los identificados dependerá además del número de pruebas que se realice y como estas no son de un tamaño fijo en el tiempo, los resultados son poco comparables.

• En el caso de los fallecimientos el factor de identificación ha venido siendo la confirmación de la causal del fallecimiento y por tanto la identificación de los que ciertamente pueden ser achacados a COVID 19, cosa que se ha venido ajustando en dos oportunidades, quedando aún pendientes ajustes, algunos de los cuales se podrán hacer y otros no.

• De otro lado está el hecho que aparentemente en la última etapa se ha venido privilegiando la realización de pruebas a los contactos de personas infectadas, lo que estaría llevando a encontrar un número mayor de contagiados, que no es reflejo real sino sobre representado de los del universo.

Valga en todo caso reconocer que, por la causa que sea, la mayor reducción de los fallecimientos es un hecho positivo, en tanto lo más importante es salvaguardar la vida.


Escrito por

Roberto Wangeman

Economista y músico


Publicado en